Como se hace una valoración clínica
Cuando tengas estos indicios de síntomas que hemos explicado del DSM- 5 o CIE-10, y pienses que tu niño/a puede tener TDAH, coméntalo con su pediatra: él te remitirá al neuropediatra. Le harán una revisión completa y te pedirán otras pruebas complementarias, como por ejemplo una prueba de audición para descartar que no tiene un problema auditivo real. Una prueba de agudeza visual. O unos análisis de sangre, para descartar otros trastornos de hipertiroidismo, que podrían provocar esa hiperactividad.
También será vital lo que expliquen los padres al médico, sobre el comportamiento de su hijo. Los profesores también serán consultados, es una información muy valiosa lo que ocurre en el colegio. La mayoría de las veces se les facilita un test para que rellenen cada una de las partes, con los síntomas que se muestran en el DSM-5. Unas veces en versión larga, tal cual explicamos aquí, o bien en versión reducida, donde se pide que valoren en una escala de 0 a 5, en que frecuencia se presenta cada síntoma, siendo 0 nunca y 5 siempre.
El historial del niño también será tenido en cuenta desde que nace, también te preguntaran por si existe consanguinidad entre los padres, si hubo problemas durante el embarazo o el parto. Si existen antecedentes familiares. O por las circunstancias familiares que rodean al niño.
Valoración por Psicólogos
También se puede completar con valoraciones por psicólogos. En España en la seguridad social, este departamento de médicos multidisciplinares se llama psiquiatría infanto-juvenil. Para el diagnóstico del TDAH en niños no están indicadas las pruebas complementarias de laboratorio, de neuroimagen o neurofisiológicas, a menos que la valoración clínica lo justifique.
La buena noticia es que con el paso de los años esa parte de hiperactividad se va atenuando. Me refiero a que estén canturreando continuamente, corriendo por el recreo sin sentido y sin parar. El sentarse y estar moviendo las piernas compulsivamente sin ser conscientes. El pegar o empujar a los demás porque sí.
Seguramente hasta los 6 u 8 años, te recomendaran que esperes un poco a ver cómo va evolucionando el niño, por son años en los que van cambiando mucho. Entonces podrán pasarle unos test un psicólogo, para valorar su falta de atención o la impulsividad y poder confirmar un diagnóstico.
Incluso a edades muy tempranas (a partir de los tres años), según los que los padres expliquen al médico, este puede prescribir el metilfedinato (el más usado), o atomoxetina ajustando la dosis siempre a su edad y peso. Independientemente del subtipo de TDAH que padezca. Pero en mi experiencia, todos los padres intentan retrasar este momento. Porque les hace duelo medicar a un niño tan pequeño y posiblemente durante años.
Esta una decisión, la de dar o no medicación al niño/a muy personal, única y exclusivamente de los padres. Ni los profesores pueden opinar que ese niño necesita medicación, ni os dejéis llevar por opiniones de otros miembros de la familia.
Porque los padres tienen que valorar los efectos secundarios (problemas en el crecimiento, efecto rebote cuando se pasa el efecto de la pastilla, que se niegue a tomársela…). Frente a los beneficios de que el niño/a mientras dura el efecto de la pastilla será “manso”, desaparecerán todos esos comportamientos disruptivos que están fuera de las normas sociales.
Eso le ayudará a relacionarse mejor, a ser aceptado por sus compañeros, a jugar en grupo pacíficamente o a poder mantener la atención en clase y ser más fácil para el concentrarse o realizar las tareas del cole.